lunes, 11 de noviembre de 2013

Un long suicide acide





Quand tout est gris
La peine est mon amie
Un long suicide acide
Je t'aime mélancolie
Sentiment qui
Me mène à l'infini
Mélange du pire. de mon désir,
Je t'aime mélancolie
(Mylène  Farmer)

JUDITH
Puedes maravillarte
ante este amanecer,
ante esta claridad paradisíaca.
Tenemos que abrir todas las puertas.
Y por ellas pasará el aire saludable.
¡Todas las puertas han de estar
abiertas, abiertas!


BARBAZUL
Ignoras, Judith,
lo que hay al otro lado


JUDITH
¡Dame las llaves
de las demás puertas!
He de franquearlas todas.
¡Tenemos que abrirlas todas,
abramos todas las puertas!


BARBAZUL
¿Por qué Judith?

JUDITH
Porque te amo.


BARBAZUL
¡Mi castillo se estremece!
Puedes abrir las puertas.

(Béla Bartók: El Castillo del Conde Barbazul)

*******

 Miro a mi alrededor y solo encuentro las siete puertas cerradas del castillo de Barbazul.

Sé que detrás de sus cerraduras se esconden delicias y otras oscuridades. Sin embargo, como siempre, prefiero contemplarlo todo desde la cama. Encerrado en mi habitación,  acolchada por la moralidad y otros hábitos creados hace ya tanto tiempo que he olvidado su origen, a todas luces extraterrestre, me niego a ventilar las estancias.

 Cancelado el entramado teórico por una hiper-intuición oscura nacida de la hipoxia.

Pienso dentro de un estado de ánimo alterado por la grisalla y otras atmósferas ralas. Eso debe significar, desde cualquier lógica, que mi pensar es erróneo y que me he pasado en la solarización. Por eso la respuesta es cerrar un poco más la ventana a la luz, amputar el diafragma y, de paso, no ver sus rostros de comadreja, de zorro, de hurón desprevenido.

 Los textos de otros dicen casi todo lo poco que hay que decir.

*****

"La mujer me explicó que el anciano estaba impedido y no podía levantarse de allí, La montaña de papel estaba formada por cartas procedentes de todos los puntos del país, en las que se indicaban remedios contra la parálisis. Las cajitas contenían medicamentos. Y es que el anciano solía pedir a todos los viajeros que cruzaban el paso los remedios que conocieran para curar su mal. Leía también atentamente todos los anuncios de medicinas que aparecían en los periódicos y se hacía enviar todos los preparados de que tenía noticia. Nunca tiraba una carta ni un paquete, sino que iba amontonándolos a su lado y vivía con ellos, sin dejar de contemplarlos. De  manera que, con los años, había levantado un verdadero parapeto de papel viejo" 
(Yasunari  Kawabata: La bailarina de Izu)

*****

Resisto al mundo negándome a sus alegrías.
Parapetado en el castillo de papel, las siete puertas almacenan cartas y cajitas de fármacos psicotrópicos, cicuta y cianuro, química robada a los ejecutados por la inyección letal.

 Todo en mi cerebro.

Gratis

1 comentario:

  1. Resisto al mundo negándome a sus alegrías...La mejor frase de tu texto, al menos la que más me hace meditar. En efecto, sé lo que es eso. Además las alegrías del mundo no necesariamente son las de la vida y menos todavía las de nuestro interior.

    Saludos desde el Laberinto.

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